El gobierno de Estados Unidos decidió mantener el programa original DACA, creado por Barack Obama, y que libra de la deportación a estudiantes sin documentos migratorios. Una nueva contradicción del magnate quien hizo de la persecución a estos jóvenes un eje de su discurso electoral

Texto: Alberto Nájar
Foto: Arturo Contreras

Fue, junto con la promesa de construir un muro fronterizo, el tema favorito de Donald Trump en su campaña electoral. Pero un golpe de realidad lo obligó a recular.

La noche del jueves 15 de junio, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por su siglas en inglés), informó que se mantiene intacto el programa de protección a los jóvenes sin documentos migratorios que estudian en ese país.

Son los llamados “Dreamers” para quienes, con esta decisión, terminan meses de angustia ante la posibilidad de ser deportados en cualquier momento.

El anuncio del Homeland Land Security se realizó en la última línea de un comunicado de prensa, destinado a informar de la cancelación de otro programa que nunca se puso en operación: la Acción Diferida para los Padres de Ciudadanos Americanos (DAPA), que era una especie de amnistía a los padres de niños y jóvenes nacidos en Estados Unidos, para permanecer en el territorio estadunidense de manera virtualmente indefinida.

Originalmente el DAPA pretendía librar de la deportación a estas personas, con el argumento de que necesitaban cuidar de sus hijos quienes son ciudadanos estadunidenses. El programa, sin embargo, fue sometido a varios juicios que pospusieron su aplicación durante varios años.

Ahora ha sido cancelado. Pero lo más importante del comunicado es la protección a los “Dreamers”.

De acuerdo con el DHS, el secretario de Seguridad John Kelly decidió mantener la vigencia del memorándum del 15 de junio de 2012, con el que se creó el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, conocido como DACA.

El DAPA y el DACA fueron los paliativos del presidente Obama para responder a las exigencias de más de 11 millones de migrantes en Estados Unidos y protegerlos temporalmente de la deportación.

Parte fundamental de este memorándum original es que los beneficiarios pueden solicitar su renovación periódicamente. También se restablece el otorgamiento de permisos de trabajo hasta por tres años de vigencia, con la posibilidad de ampliarlo a dos más.

Quienes obtuvieron ese beneficio podrán mantenerlo durante todo el tiempo que dure su vigencia.

Esto había sido restringido por el gobierno de Trump, quien desde el primer día en la Casa Blanca intensificó la cacería contra migrantes sin documentos en todo el país.

El DHS detuvo a un par de “Dreamers”, como una forma de enviar un mensaje de intimidación a los casi 800.000 beneficiarios de DACA. El 70 por ciento de ellos son mexicanos.

No está claro, por cierto, si estos jóvenes podrán beneficiarse de la nueva medida del gobierno estadunidense.

La decisión de mantener DACA, por cierto, es un paso contradictorio como ha sido el gobierno del magnate:

Al mismo tiempo que se libra de la deportación a los “Dreamers”, el secretario Kelly advierte a los migrantes centroamericanos que no deben viajar a Estados Unidos donde no serán recibidos.

Washington ofrece crear las condiciones en Centroamérica para evitar la migración al norte. Y aunque Kelly habló de empleos lo cierto es que las acciones que planean van más allá de la economía:

Desde hace algunas semanas en El Salvador empezó la construcción de una base militar estadunidense, que oficialmente se presenta como un centro de ayuda humanitaria.

Pero su objetivo real es combatir, en su terreno, a las pandillas de Maras.

Link relacionado: La Corte Suprema de Estados Unidos suspende programas que protegen a 5 millones de migrantes de la deportación