La política de Cero Tolerancia a migrantes indocumentados provocó en estas últimas semanas una crisis de separación de familia; la presión internacional hizo recular a Donald Trump, quien hoy dijo que cesará la separación, pero no la política que la ocasionó. Se trata de una política que en realidad empezó desde a administración de Barack Obama
La adopción de una política de “tolerancia cero” en contra de quien cruce la frontera de Estados Unidos sin documentos, anunciada por el gobierno de Donald Trump el pasado 7 de mayo, se ha traducido en una crisis que ha separado a más de 2 mil menores de edad de sus familias.
Esta política, que ha sido condenada por diversos países, incluido México, así como organismos internacionales, significa que cualquier persona indocumentada que sea sorprendida cruzando la frontera será aprehendida por las autoridades norteamericanas, sometida a juicio por cargos penales y enfrentará una pena en prisión.
En la práctica, esto se ha traducido en una separación masivas de familias de migrantes. De acuerdo con el fiscal general de ese país, Jeff Sessions, la tolerancia cero busca disuadir a otras personas de cruzar la frontera ilegalmente.
En un mensaje a medios, emitido el mediodía del 20 de julio, Trump aseguró que va a dejara de separa a las familias de migrantes. “Voy a firmar algo, en un ratito que va a hacer justamente eso”, dijo el millonario.
Así, anunció que a través de una orden ejecutiva, cuyo texto aún no se conoce, planea poner fin al problema de separa familias; sin embargo, no dejará de lado su plan de fortalecer las fronteras.
“Estados Unidos no será un campo de inmigrantes, y no será un complejo para mantener refugiados. No lo será”, había dicho Trump en días anteriores justificando las acciones de su mandato, esto a pesar de que él asegura que no busca separar familias.
Al respecto, Marta Sánchez Soler, del Movimiento Migrante Mesoamericano, una organización que ayuda a reunificar familias de migrantes separadas aseguró que, como dijo Trump, la política no se va a parar, lo que va a pasar es que las familias van a quedar presas, en centros de detención, pero juntas.
De acuerdo con el mandatario, esta política “es una herencia legal del gobierno anterior”. Al respecto, el fiscal general, Sessions, asegura que esta es una política propia de esta administración. Lo cierto es que nadie está obligando al ejecutivo estadunidense a llevar acabo estas medidas.
A pesar de que la tolerancia cero no busca separar familias, lo ha logrado de la siguiente forma: Cuando una familia de migrantes es sorprendida cruzando la frontera, los padres son separados de los hijos menores de edad para enfrentar sus cargos penales; entonces los niños son enviados a centros de asilo.
Después de ello, los menores son responsabilidad de la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés), quienes buscan a algún familiar suyo que tenga residencia legal en los Estados Unidos.
Si no se encuentra, se espera a que el juicio del adulto con el que venían se termine para ser deportados juntos, aunque eso raramente sucede.
Durante las cinco semanas que lleva de aplicarse esta política, se estima que más de 2 mil 300 niños han sido separados de los familiares con los que viajaban.
Esta no es la primera vez que se vive una crisis de separación de familias, asegura Marta Sánchez:
“Ha habido separación de familias desde hace muchísimo tiempo, lo que pasa es que las cantidades no eran tan abrumadoras”, dijo en entrevista, “pero ese es el gravísimo problema con la separación de familias, no el trauma ni lo salvaje de la medida, sino que después no se pueden reunir las familias. Deportan a los padres, dejan a los niños allá, se los lleva el sistema de servicios sociales y no los puedes encontrar”.
Durante la administración del presidente Barack Obama, en la que se deportó a más de 2 millones de migrantes sin documentos, la separación de miles de familias se agravó.
De acuerdo con un estudio del Applied Research Center, indica que entre 2010 y 2012, fueron repatriados 205 mil madres y padres de niños nacidos en el país del norte, separando a una misma cantidad de familias.
Esta crisis se agrava a partir de la decisión de la administración de Trump de no admitir la violencia domestica y la violencia generalizada como motivo para otorgar refugio.
La mayoría de los migrantes que cruzan la frontera sur de ese país provienen de El Salvador, Honduras o Guatemala; y huyen de ese tipo de violencias. Al no tener una causa para pedir refugio en ese país, se convierten en criminales.
Actualmente en Estados Unidos hay cerca de 600 mil casos que están en las cortes para determinar la gravedad del delito que significó cruzar la frontera sin documentos.
“Todo esto solo difiere el problema, porque a muy pocos les están dando asilo, y deportan a los que les niegan, o los meten a la cárcel”, explicó al respecto Marta Sánchez.
Estas medidas podrían sobrepoblar los centros de detención así como las cárceles de Estados Unidos. Lo que podría significar la apertura de nuevos centros para asegurar migrantes.
Al respecto, el diario El Universal publicó una nota en la que advierte que el gobierno del país del norte está preparando una “ciudad de carpas” en la localidad de Tornillo, Texas, al sureste de El Paso, para albergar a miles de menores inmigrantes.
El 17 de junio, la propia Patrulla Fronteriza difundió un video en el que se muestran una especie de jaulas en las que los menores retenidos duermen en el suelo, sobre colchonetas; mismo que ayudó a viralizar el tema de las familias separadas.
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