El periodismo es su manera de entender el mundo. Huyó de Valencia aburrida de cubrir el Congreso cuando la crisis española todavía no empañaba las corbatas de los políticos. Se perdió en la Selva Lacandona, cubrió el último golpe de estado latinoamericano y se volvió adicta al ron centroamericano. Desde hace cinco años reside en el DF desde donde reportea para medios mexicanos e internacionales. Es migrante de la escritura, pero por venir del norte, pocas veces le piden los papeles.