Familiares de las personas asesinadas en 2010 en un rancho de San Fernando, Tamaulipas, aseguran que no han tenido acceso a la verdad, y “mucho menos” a la justicia
Texto: José Ignacio De Alba y Arturo Contreras
Foto: Arturo Contreras Camero
Familiares de los 72 migrantes asesinados en Tamaulipas hace nueve años se manifestaron este lunes frente a Palacio Nacional, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador daba su conferencia matutina.
Los asistentes pegaron una pancarta con los nombres de las víctimas ejecutadas por el cartel de los Zetas con la demanda de que el gobierno realice una investigación a fondo sobre lo que pasó ese 22 de agosto de 2010.
Vilma Pineda Morales, familiar de cinco de las 72 personas el halladas con tiro de gracia en el bodegón del rancho el Huizache, es que el gobierno mexicano no ha podido establecer una verdad sobre lo que sucedió y “mucho menos justicia”.
Incluso, dice la mujer llegada de Guatemala, tiene serias dudas de que los cuerpos que le entregó la autoridad de México pertenezcan a sus seres queridos. “Ni siquiera nos han dado la exhumación de los cuerpos”, dice.
El 22 de agosto de 2010, 72 personas que buscaban llegar a Estados Unidos, la mayoría de origen centroamericano, fueron asesinadas a sangre fría en un bodegón del rancho el Huizache, en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, disputado entonces entre dos carteles: los Zetas y el Golfo. Uno de los tres sobrevivientes logró huir y avisar a un comando de la Marina, por lo cual se pudo saber sobre la masacre.
Los familiares participaron este domingo y lunes en actividades convocadas por varias organizaciones que han dado seguimiento al caso, entre ellas la Fundación Para la Justicia y el Estado de Derecho, que acompaña jurídicamente a varias familias.
Las organizaciones civiles y religiosas que el a{o pasado habían realizado una pequeña ceremonia en el lugar donde fueron encontraron los cuerpos de los migrantes, no pudieron asistir de nuevo este año al sitio por la incontrolable inseguridad que prevalece y por el hostigamiento que han sufrido los defensores a partir de que el gobierno mexicano endureció sus políticas migratorias.
Sin embargo, trasladaron el acto de memoria a la ciudad de México, donde participaron los familiares de las víctimas.
La señora Elvia Yolanda, por ejemplo, sostiene unos bloques de madera con palabras escritas. Junto a unas flores y una vela, forma la frase “Siempre es más grande tu ausencia”. La dedica a Eva Nohemí, su hija, quien viajó a Estados Unidos hace nueve años, pero no llegó. Fue una de las 72 personas asesinadas en el rancho El Huizache, de San Fernando, Tamaulipas, el 22 de agosto de 2010.
La hija de Elvia le dejó tres nietos y ella dice que teme por su futuro. “Ojalá que quieran ayudarles en el estudio o en algo para que ellos puedan hacer algo en la vida. Porque yo ya me voy a morir y ellos, como sea, van pa’rriba. Son niños, pues”.
Para la mujer, la ausencia de su hija cada día es más grande. Por eso, pide ayuda al gobierno mexicano, que se acuerden de todas las familias de las víctimas. Sus manos juegan con los bloques de palabras, y forman una nueva frase: “Luchamos por la justicia”.
Mirna del Carmen Solórzano coincide con esa frase. Es lo que ella también ha estado buscando desde que se enteró que su hija, Glenda Yaneira Medrano Solórzano, de 23 años, también fue encontrada en el bodegón de San Fernando.
Ella ha venido a México desde El Salvador casi todos los años, para pedir que lo que le pasó a su hija y a tantas personas en México no vuelva a suceder.
“Ha sido muy difícil. Seis días antes de venir, me dieron de alta en el hospital, desde ese día he estado mal del azúcar y la presión, pero pues una por sus hijos siempre va a luchar”, cuenta.
Con la misma tenacidad en las palabras, Mirna asegura que si hace nueve años le hubieran llamado para ir a cavar al rancho, lo habría hecho. Pero nadie la ha llamado.
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