El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado este lunes que tomará medidas ejecutivas relacionadas con el sistema de inmigración porque el país “no puede esperar por siempre” a que los republicanos del Congreso se decidan a votar la reforma migratoria.
Acompañado del vicepresidente Joe Biden, y en tono irritado, el presidente acusó a los republicanos de bloquear un proyecto necesario por motivos económicos, humanos y de seguridad. También ha ordenado al secretario de Seguridad Interior, Jeh Johnson, y al fiscal general, Eric Holder, que refuercen la seguridad de la frontera. Y les ha encargado que antes del final del verano presenten propuestas para actuar.
La ley, además de reforzar la frontera con México, debía ofrecer una vía a la ciudadanía para los cerca de 11 millones de indocumentados que ahora viven en Estados Unidos
Siguiendo esta misma línea de acciones, el presidente Obama solicitará el lunes 7 de julio nuevos fondos al Congreso, por un valor de 2,000 millones de dolares, para luchar contra la oleada de inmigrantes menores de edad que llegan solos hasta la frontera de Estados Unidos. Obama también pedirá una ampliación de las competencias de los agentes de inmigración para acelerar el proceso de deportación de los niños, cuya situación en la frontera ha sido calificada de “crisis humanitaria” por las autoridades estadounidenses.