El Instituto Nacional de Migración se disculpó con cuatro indígenas chiapanecos que en 2015 fueron golpeados y torturados por agentes migratorios para que aceptaran identificarse como migrantes en su propio país
Texto y fotos: Ángeles Mariscal / Chiapas Paralelo
TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS. Con patadas, choques eléctricos, extorsión económica y amenazas, agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) quisieron obligar a cuatro jóvenes indígenas chiapanecos -dos hombres y dos mujeres, algunos menores de edad-, a que dijeran ser migrantes irregulares de Guatemala.
El argumento de los agentes “fue su fenotipo, el poco entendimiento del español y anafabetismo, que según agentes del INM, los hacia creer que eran de Guatemala. Presuntamente presentaban documentos falsos”, reconoció el comisionado nacional del INM, Francisco Garduño.
Los cuatro jóvenes fueron detenidos por el INM el 3 de septiembre de 2015 en San Juan del Río, Querétaro.
Cuatro años después de estos hechos, el titular del organismo pidió disculpas públicas a las y los agraviados como parte del proceso para resarcir el daño.
Los jóvenes pidieron que no se diera a conocer su identidad.
El viernes pasado, Francisco Garduño explicó que el 23 de enero de 2019, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas confirmó el carácter de víctimas de los cuatro indígenas chiapanecos.
Los seis agentes del INM que golpearon y torturaron a los jóvenes que torturaron a los jóvenes recibieron sanciones administrativas; en algunos casos, fueron suspendidos des sus empleos de forma temporal, 15 o 30 días.
Los cuatro indígenas agraviados no estuvieron presentes en el acto de disculpa pública. En su representación, María Fernanda Pincus, directora de la Clínica Jurídica de la UNAM, aceptó la disculpa. Dijo que las revisiones migratorias a personas mexicanas es algo que ocurre en todo México día con día, a quienes se confunde con extranjeros y se les somete actos discriminatorios y humillantes.
María Fernanda Picus dijo que los cuatro jóvenes tienen tres cuestionamientos: “quiénes fueron las personas que nos hicieron este daño; por qué hicieron este daño y cuáles fueron las sanciones”.
Una de ellas, quien tenía 15 años cuando fue detenida, preguntó: “¿qué va hacer el INM para asegurar que ni a mí, ni a nadie en mi comunidad y mi país nos vuelva a suceder algo así? (…) mis hermanos chiquitos también van a querer ir a trabajar en el norte, ¿y cómo voy a saber yo que no les va a pasar esto?”.
Tres de los cuatro agraviados permanecieron detenidos una semana en una estación migratoria.
Fernanda Pincus detalló que para los cuatro agraviados “esta disculpa pública es importante. En la vida hay tres palabras fundamentales: por favor, gracias y perdón. Es tan sencillo y tan importante como se escucha”, sostuvo.
El Instituto para las Mujeres en la Migración (INUMI), una de las organizaciones que acompañan a los jóvenes, sostuvo que con la firma del acuerdo con Estados Unidos para contener la migración centroamericana, el gobierno mexicano ha incrementado acciones que obstaculizan el libre tránsito para la población mexicana.
“A esta práctica se suma el perfil étnico de las autoridades migratorias, que de acuerdo con su percepción discriminan quién es una persona mexicana y quién no, aún si la población mexicana es diversa y no existe una sola forma de ser o parecer mexicana”, añadió el INUMI.
El organismo advirtió que la principal población afectada están jóvenes, jornaleras agrícolas, de las cuales muchas son indígenas; retornadas o deportadas, que no cuentan con documentos de identidad, por diversas razones –entre ellas, la burocracia en los trámites.
Por su parte, en un comunicado, el INM sostuvo que sensibilizará a los funcionarios del Instituto sobre el contexto de las comunidades indígenas mexicanas y su necesidad de migrar a otras entidades.
Lo anterior, señaló, como parte de las medidas de no repetición, a las que tienen derecho las víctimas.
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