La ACNUR pide atención a la crisis de desplazados de Centroamérica


julio 14, 2016

En el mundo hay más de 65 millones de desplazados de sus hogares. Ésta cifra supera, por primera vez, a la diáspora que dejó la Segunda Guerra Mundial, el conflicto que dio origen al término “desplazado”. Según el informe anual […]

Por: Ximena Natera

La ACNUR pide atención a la crisis de desplazados de Centroamérica

En el mundo hay más de 65 millones de desplazados de sus hogares. Ésta cifra supera, por primera vez, a la diáspora que dejó la Segunda Guerra Mundial, el conflicto que dio origen al término “desplazado”. Según el informe anual […]

Por: Ximena Natera

En el mundo hay más de 65 millones de desplazados de sus hogares. Ésta cifra supera, por primera vez, a la diáspora que dejó la Segunda Guerra Mundial, el conflicto que dio origen al término “desplazado”.

Según el informe anual del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, ACNUR, 24 personas abandonan sus hogares por minuto, 24 mil cada día. El incremento brutal empezó en 2011 con los conflictos en medio oriente y se intensificó en 2013 con el auge de la guerra civil en Siria, que desde su inicio ha expulsado a cinco millones de personas. Sólo en 2015, cinco millones de personas se aumentaron a esta cifra.

Del total de desplazados 19 millones son refugiados, lo que significa que no solo han tenido que abandonar su hogares, sino que han  salido de sus países para buscar la protección de otras naciones. En 2015 dos millones de personas iniciaron un proceso legal de refugio en el mundo.

Más de la mitad provienen de tres países: Siria, Afganistán y Somalia. Sin embargo José Sieber, oficial de protección del ACNUR para América Latina, alertó la gravedad del éxodo que proviene de los países centroamericanos y aseguró que la crisis de refugiados en Europa ha alejado la atención de lo que sucede en la frontera sur de México.

El año pasado México recibió un número alto de solicitudes de asilo de personas provenientes de Centroamérica, casi 3 mil. Sin embargo, esta cifra representa menos del uno por ciento de los 350 mil centroamericanos que cruzan el país año con año, según diversas organizaciones de derechos humanos.

El desplazamiento masivo del Triángulo Norte de Centro América es un problema que que ha incubado en las últimas décadas. La violencia de las pandillas, la pobreza, los cambios climáticos, el paramilitarismo y las ineficaces políticas publicas de los Gobiernos, han puesto en crisis a  una región debilitada por las guerras civiles de los años ochenta.

Los principales afectados son los jóvenes que se ven forzados a abandonar sus hogares no solo para encontrar mejores oportunidades económicas, también para sobrevivir. Otro gran problema es categorizar este desplazamiento como migración económica pues muchas de las personas que salen de sus países lo hacen forzadamente y con el riesgo de morir si regresan.

Sólo en 2015, el número de homicidios perpetrados en el Triángulo Norte superó las cifras de asesinatos en zonas de conflicto como Somalia, Libia y Sudán. Según la Organización de Estados Americanos, la OEA, un 78% de los salvadoreños, 80% de los hondureños que abandonan su país buscaron un mecanismo de protección dentro de su país antes de abandonarlo.

“Un desplazado interno es un potencial refugiado que no ha podido salir de su frontera” dice Sieber. México no es el único lugar donde las solicitudes de asilo se han disparado. El año pasado Belice, un país apartado de la ruta migratoria, recibió mil 500 solicitudes de refugio de personas provenientes sólo de El Salvador.  Canadá, Costa Rica, Nicaragua y Panamá los siguen en la lista.

Esto sugiere que cada vez más personas salen de sus países con la intención de buscar protección en otros y que Estados Unidos no es el único país de destino. Por el contrario las alternativas de refugio se están expandiendo a otros países de América Latina e incluso en Europa como es el caso de España.

El ACNUR pronostica que al cierre del 2016 el número de desplazados en la región del triángulo norte llegará a 146 mil, 30 mil más que el año anterior.

El diplomático, José Sieber,  también dejó en claro que las soluciones a los problemas humanitarios “nunca son humanitarios, deben ser políticos” pues son las fallas estructurales las que las causan y la seguridad de los refugiados no debería de recaer únicamente en las manos de los protectores de derechos humanos.



Ximena Natera

Soy aspirante a la buena imagen, a la buena crónica, a la buena historia, soy aspirante al buen periodismo. Las historias de horror, miedo e injusticia que vimos y escuchamos a lo largo del camino me dejaron un hoyo en el estómago, la única manera que encuentro para cerrarlo es compartir estas mismas historias una y otra vez, con la esperanza de que la indignación se propague y, como dice el periodista Oscar Martínez, contribuya a iluminar poco a poco las esquinas oscuras.