Ocho migrantes, siete hombres y una mujer, murieron ahogados en el lago Cocibolca, el más grande de Nicaragua y Centroamérica. Aunque no se ha identificado a ninguno de ellos, la policía local anunció en un boletín que “por sus características físicas y vestimentas se presume que son personas de origen africano tratando de llegar a Estados Unidos”.
Los cuerpos fueron encontrados la mañana del martes en la orilla sur del lago, en el municipio de Cárdenas, cerca de la frontera con Costa Rica. Las autoridades creen que el grupo intentó entrar a Nicaragua desde Costa Rica por el río Sapoa que desemboca en el lago Cocibolca. Por los exámenes forenses se determinó que “la causa de la muerte es asfixia por sumersión”, aunque en el comunicado no se dio más información.
Estas muertes se suman a la tragedia humanitaria en las fronteras de Costa Rica, donde miles de migrantes y refugiados, originarios de Haití, Cuba y de varios países de África, están varados desde hace noviembre, cuando Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, el país vecino, decidió cerrar sus fronteras a miles de cubanos que buscaban cruzar el país para seguir camino hasta Estados Unidos.
Para impedir el ingreso de más personas, el gobierno de Nicaragua, mantiene fuertes controles militares y policiacos en sus fronteras desde noviembre del año pasado. Sin la posibilidad de cruzar a Nicaragua, miles de migrantes se aglomeran en las fronteras de Costa Rica donde el gobierno ha apoyado con comida y refugios, sin embargo la cantidad de personas atascadas en Centro América aumenta y la ayuda no es suficiente.
Según un artículo publicado en el País, 600 africanos han entrado a Nicaragua sólo en los últimos tres meses. Muchos de ellos sobreviven, apenas, en los municipios que bordean la frontera. El Coronel Alberto Larios, jefe militar del ejército nacional de Nicaragua, dijo a un periódico local que debido a la vigilancia policiaca en la frontera, los migrantes intentan cruzar a Nicaragua por puntos ciegos para después avanzar sobre el territorio atravesando el lago donde los ocho migrantes se ahogaron.